La Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza, FEMZ, quiere expresar su preocupación tras la decisión de paralización de las actividades productivas no esenciales por el daño que esta medida causará al tejido industrial. Además, la mala redacción de los Decretos crea una inseguridad y confusión muy grande entre las empresas, así, por ejemplo, no se sabe si es el permiso es compatible con la solicitud de ERTEs, cómo se va a pactar la devolución del permiso si están cerradas las empresas o qué se considera servicios mínimos.
Un colapso sanitario no puede evitarse con un colapso económico, por ello FEMZ considera que se debería haber mantenido la actividad asegurando la disponibilidad de todas las medidas de protección necesarias, como ha reclamado anteriormente.
Las empresas acatarán y cumplirán las medidas adoptadas pero la organización empresarial considera que una decisión de este calado debería ir acompañada de medidas de apoyo que eviten agravar la situación de las mismas.
La liquidez es y será el gran problema de las empresas para afrontar la deuda acumulada durante estos días. El Gobierno tiene que prever medidas para inyectar dinero directo a las empresas para que a final de mes puedan pagar las nóminas a sus trabajadores. Es muy importante que las pymes tengan facilidades para acceder a financiación y que las cargas e impuestos sean suspendidos durante el estado de alarma.
Asimismo, las empresas siguen encontrando problemas para la concesión de ERTEs. La agilidad de las administraciones y la seguridad jurídica al respecto son clave para el sector. La burocracia y la demora en la tramitación de los mismos está suponiendo un gran bache para los empresarios.
El tejido industrial es muy importante para nuestra economía y está pasando por unas dificultades muy graves, con ingresos reducidos o nulos y obligados a pagar salarios, cotizaciones e impuestos.
La paralización de actividades no esenciales, sin duda, desembocará en la ralentización e incluso suspensión de aquellas que sí son consideradas esenciales pues si rompes un eslabón de la cadena de suministro, bloqueas la industria final.
Probablemente estos problemas podrían solucionarse si el Gobierno consultase con las organizaciones empresariales que son las que conocen de primera mano la situación y necesidades de las empresas.