A comienzos de este año, CEEMET lanzó una encuesta europea sobre el uso de la Inteligencia Artificial (IA) con el objetivo de recopilar datos armonizados de las empresas pertenecientes a las industrias metalúrgicas, de ingeniería y tecnológicas (MET).
La investigación se desarrolla en un contexto de transición digital y transformación tecnológica en la Unión Europea, marcado por los desafíos de la competencia global, la necesidad de impulsar la innovación y la entrada en vigor de la Ley Europea de Inteligencia Artificial, que comenzó a aplicarse el 1 de agosto de 2024 y será plenamente efectiva en 2026.
Los resultados de la encuesta evidencian que las industrias MET gestionan adecuadamente los datos digitales, con un alto nivel de cumplimiento del RGPD. No obstante, aún existe margen de mejora en materia de transparencia y comunicación con los empleados, especialmente en lo relativo a informar sobre el uso y almacenamiento de los datos personales.
En cuanto al uso de la IA, el informe revela que su implantación está en aumento, aunque todavía se caracteriza por ser limitada y poco estructurada. La mayoría de las empresas la utilizan únicamente en ámbitos específicos, sin una estrategia integral que permita aprovechar plenamente su potencial transformador.
Las principales barreras detectadas no son de carácter normativo, sino cultural, técnico y de competencias. La resistencia al cambio, la falta de personal especializado y las carencias tecnológicas dificultan su plena integración en los procesos productivos y organizativos. Por ello, la formación continua y el cambio cultural se consolidan como factores clave para una implantación efectiva de la inteligencia artificial. Diversas iniciativas empresariales que fomentan la capacitación digital y el aprendizaje interno demuestran la importancia de invertir en talento como elemento central de la transformación tecnológica.
Finalmente, la inteligencia artificial se presenta como una herramienta estratégica para reforzar la competitividad, la productividad y la transición digital del sector industrial europeo. Su integración responsable y planificada será esencial para mantener el liderazgo tecnológico de Europa en los próximos años.